De ser una cuestión un tanto minoritaria, el modelo Buy Now Pay Later se ha convertido en una de esas tendencias emergentes que están cambiando qué hacen las marcas y cómo se gestiona la experiencia de cliente. Se espera que el gran boom del modelo llegue en los próximos años, pero lo cierto es que las cosas ya han crecido mucho y los números son ya bastante llamativos.
La popularidad del formato está creciendo en todo el mundo, según las últimas cuentas de GlobalData sobre la cuestión. Según la firma de análisis, el valor de las transacciones de Buy Now Pay Later (BNPL) en 2021 llegó a los 120.000 millones de dólares.
Es una cifra elevada, pero todavía está muy lejos de lo que el mercado alcanzará en el futuro. Se espera que en 2026 se muevan 576.000 millones de dólares en Buy Now Pay Later. "El BNPL está explosionando en popularidad, con el valor de la transacción creciendo casi cuatro veces entre 2019 y 2021, 33.000 millones de dólares a 120.000 millones", apunta el analista de pagos de GlobalData, Chris Dinga.
¿Qué supone este crecimiento? Más allá de lo que implica para la industria de los pagos, también cambia mucho las cosas para la estrategia de marketing y para la industria del comercio electrónico. Para tener una estrategia de atención al cliente que cumpla con sus expectativas, la presencia de formatos BNPL empieza a ser un elemento esperable.
De hecho, ahora mismo, el Buy Now Pay Later supone ya el 2,3% de todo el valor del mercado global de ecommerce. De cada 100 dólares que se gastan, 2 se pagan vía BNPL, estima GlobalData.
El boom de este formato de pagos no solo habla de cómo están cambiando las cosas en pagos en comercio electrónico, sino que es también una ventana abierta para entender los cambios de consumo vinculados a los cambios demográficos. Este crecimiento, explica GlobalData, está muy conectado con cómo compran los millennials y la generación Z.
Los millennials y los Z son los grupos que más están usando el BNPL y quienes mejor responden a la idea. De hecho, el formato está canibalizando las formas de pago aplazado que preferían sus padres. Según la firma de análisis, el 47% de los consumidores de entre 18 y 34 años (partiendo de una muestra del mercado británico) no tienen tarjetas de crédito. Lo que para las generaciones precedentes cubrían esas tarjetas, para los consumidores más jóvenes lo hacen estos modelos de pago.
¿Por qué? Es una cuestión de experiencia de uso. "Los millennials y la Generación Z se sienten atraídos por la simplicidad y la rapidez de los préstamos BNPL, así como por su naturaleza libre de intereses", asegura Dinga.
Esto también deja claro otra cuestión. Por mucho que los bancos han intentado adaptar su imagen de marca y conectar con estos consumidores, no lo han logrado. No han conseguido que su imagen conecte con las expectativas de estos jóvenes consumidores.
Eso sí, no todo es color de rosa en el universo del BNPL. Como recuerda el análisis, los reguladores de mercados están empezando a preocuparse por su emergencia y, sobre todo, por lo que consideran una falta de transparencia en la letra pequeña de cómo se gestionan esos préstamos.